En la medida en que los muchachos fueron haciendo sus vidas, la casa se les empezó a quedar grande a los padres, quienes tomaron la decisión de mudarse y ponerla en alquiler.
En enero de 2020, con la casa desocupada la familia se reúne para decidir el futuro de esta con algo de nostalgia frente a la posibilidad de deshacerse de ella; y entonces fue cuando apostaron por emprender un proyecto que les parecía en ese momento un poco arriesgado.
Aprovechando las modificaciones que le habían hecho anteriores arrendatarios a la casa y la experiencia en el medio de la Hostelería de dos de sus miembros, la familia en conjunto decide iniciar el proyecto quizás empujados por la nostalgia del pasado que les ayudara a recordar el calor de hogar.